OLA DE MUERTES SOSPECHOSAS EN HOGARES DE ANCIANOS DESPUES DE LA VACUNACION.
Existe una realidad de muertes alarmante y preocupantes alrededor del mundo en hogares de ancianos, que no son reportadas o investigadas, sin embargo, es preocupante ver la propagación por parte de influentes y celebridades que promocionan las vacunas afirmando que son seguras y efectivas.
Robert F. Kennedy Jr., publico un artículo, sobre la trágica muerte de Hank Aaron, el rey del home run, quien realizo una conferencia de prensa, arreglada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) para persuadir a los afroamericanos a ponerse la vacuna de COVID, en un intento de inspirar a otros a dar un paso al frente. Hank Aaron murió 17 días después de haber recibido la vacuna Moderna, ante lo cual Kennedy fue atacado, desacreditado y acusado por un ataque directo hacia la vacuna Moderna, por diferentes medios de comunicación entre ellos: ABC, NBC, CBS, CNN, Inside Edition, Meet the Press, The New York Times, The LA Times, The Houston Chronicle, The Chicago Tribune. Todos ellos afirmaron que Aaron murió por causas naturales, citando a la oficina forense del condado de Fulton, asegurando al público que "la vacuna Covid-19 no mató a Hank Aaron" y los verificadores de hechos exoneraron a Moderna.
Kennedy por su parte, afirmo que nunca dijo que Aaron murió por la vacuna, pero por la causa peculiar de su muerte y la afirmación que no tenía nada que ver con las vacunas, decidió investigar. Su larga experiencia con lesiones causadas por las vacunas y conociendo que no son fáciles de descubrir, más bien difícil, si no imposible; nadie puede decir que la vacuna Moderna mató a Aaron, y nadie puede descartarlo como culpable.
Generalmente, las lesiones son resultado del agravamiento de comorbilidades existentes, porque la vacuna, rara vez deja huella y ni siquiera una autopsia extensa puede lograr tal determinación, la única forma, seria haciendo estudios con placebo o retrospectivos comparando resultados de salud en grupos vacunados y no vacunados, con duración suficiente y con periodos de incubación más largos.
Su investigación, lo llevo a descubrir, que nadie en la oficina del forense vio el cuerpo de Aaron, ni se realizaron exámenes de ningún tipo, “…su cuerpo nunca estuvo aquí. Rechazamos la jurisdicción. Nunca hubo ninguna autopsia”.
Dice Kennedy, “…el New York Times y otros medios engañaron a los lectores”.
A esta situación sumémosle que a los ensayos clínicos de Moderna, nunca se incluyeron a mayores de 80 años, realizándosele solo a grupo cuidadosamente seleccionado y saludable, excluyéndose deliberadamente a personas con comorbilidades o vulnerabilidades.
Es importante resaltar este ataque, porque vemos como los medios se han sumado a un proyecto para suprimir informes de posibles lesiones causadas por la vacuna, así como la falta de curiosidad periodística y al hecho de que el establecimiento medico castiga a los médicos que tratan de registrar tales riesgos, sabemos que en las universidades los médicos no reciben capacitación para reconocer estas lesiones, ni son educados en que estas existen, son también desincentivados financieramente para quienes lo intentan y son tratados como peligrosos o irresponsables, cerrándoles sus clínicas y eliminando sus licencias y no cuentan con recursos para hacer frente a las juntas medicas todopoderosas. Existe una fe ciega y guardiana de la ortodoxia sagrada y el mantra de “todas las vacunas son seguras y efectivas” desacreditando a quienes lo cuestionan, donde se reemplaza el pensamiento crítico y el escepticismo saludable.
Kennedy dice en su artículo, “…los medios Inventaron un veredicto, sabiendo que nadie comprobaría los hechos, pero mis décadas de experiencia en la línea del frente, mi piel gruesa e inclinación por el combate, mi infraestructura, el hecho de que cuento con un banco de científicos y médicos que apoyan la misión de la Defensa de la Salud de los Niños (CHD), me dan la resistencia para tales ataques, pero muy pocas personas están equipadas de manera similar”.
Los tamaños pequeños y periodos cortos de las vacunas, hicieron que se otorgara una Autorización de Uso de Emergencia (EUA), que por definición, es un experimento científico masivo para toda la población, y los representantes de las organizaciones de salud, dicen que se justifica, porque se verán rápidamente los niveles de lesiones o muertes y se harán correcciones rápidas. El problema está, en que el sistema de vigilancia debería detectar todas las lesiones durante los primeros dos meses, que son el momento en que es probable que estas ocurran, sin embargo, la metodología y la capacidad para predecir riesgos, depende que cada muerte se cuente; y en este caso vemos, como quienes lo denuncian son censurados, ridiculizados, criticadas, avergonzados y eliminados de las plataformas, redes sociales y los medios de comunicación, mostrando una fe ciega en autoridades que no lo merecen.
Lo que sufrió Robert F. Kennedy Jr., es una advertencia para el que crea que las lesiones causadas por la vacuna se reconocen fácilmente o que es posible comprender sus riesgos, porque en los ensayos clínicos de las vacunas, no se demostró que previenen muertes o que no se transmiten enfermedades, solo se habla de reducción de síntomas leves sin lograr la inmunidad colectiva, pero estudios recientes sugieren, que una vacuna que previene síntomas leves a moderados pero, que no previene la infección o la transmisión es probable que impulse la evolución y la propagación de cepas más virulentas y mortales de la enfermedad y es parte de lo que estamos siendo testigos alrededor del mundo.
Kennedy en su artículo, pide y aprovecho yo para hacerlo también, que compartamos esta información e invitemos a otros a hacerlo, con nuestros representantes y específicamente con David Kessler, hoy el zar de COVID del presidente Biden, quien clamo por una reforma del sistema VAERS, para intentar cambiar esta realidad.
Cuando las personas mayores mueren antes de la vacunación, los funcionarios y sus socios en los medios culpan al COVID-19 y usan la mortalidad para aumentar los niveles de miedo y movilizar a todas las instituciones para combatir la terrible enfermedad, pero cuando mueren después de la vacunación, los medios y el establecimiento médico declaran que sus repentinas muertes se deben a "causas naturales" sin que sea necesario realizar ninguna acción, es muy importante cambiar esta realidad!!!.
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